jueves, 17 de abril de 2008

El Precio del Voto

La crisis ha llegado a la democracia, sigue aumentando el nombre de personas que pierden la fe en el sistema y la Constitución no permite cambios, por el momento.

Afortunadamente la democracia está instaurada en nuestra sociedad, la mayoría de los españoles con derecho a voto acudimos a las urnas para decidir quien dirigirá nuestros pasos durante los siguientes cuatro años. Pero muchas preguntas sobre nuestro sistema están en la calle ¿Cómo nuestros votos se convierten en poder? ¿Quien ha instaurado el modelo de conversión? Que media el sistema de elección? La polémica está servida, en muchos países democráticos existe un debate sobre si el sistema en vigor es el más justo y eficaz y se plantean continuamente propuestas para modificarlo. Del mismo, en España paridos políticos como IU, castigados por el sistema, anhelan una reforma más equitativa.

Nuestras elecciones están mediadas por aquello que entendemos como Sistema Electoral. Tal sistema es un conjunto principios, normas, reglas y procedimientos técnicos enlazados entre si. De este modo nuestros votos son transformados en escaños que posteriormente darán la victoria a un partido político u otro.

El sistema delimitaba la circunscripción electoral en 50 provincias, a las que se le añaden Ceuta y Melilla. Así mismo definía la asignación automática de 2 diputados por provincias de forma fija, más 1 para Ceuta y 1 para Melilla. El resto de los escaños serían asignados en función de la variable poblacional.

Nos encontramos entonces, para la elección de los representantes para el Congreso, ante un sistema mixto territorial-poblacional que necesita de un elemento corrector que compense los efectos de la asignación de escaños a las circunscripciones. El elemento corrector consistirá en una fórmula destinada a transformar los votos en escaños. La opción elegida fue un sistema de elección sobre listas cerradas de representación proporcional de partidos, aplicando la Ley d'Hondt para la adjudicación de escaños. Nos encontramos ante el sistema con dos cuestiones claves:

1. La fijación del número de diputados por circunscripción provincial

2. La conversión de votos en escaños

Aclaremos el primer apartado. Toda provincia tiene 2 diputados por el hecho de ser provincia (salvo Ceuta y Melilla con 1 diputado cada una), a los que se añaden los diputados que les correspondan por la variante poblacional (establecido, aproximadamente, en 1 diputado cada 100.000 habitantes) como se ha dicho anteriormente. El problema aparece cuando por ejemplo tomando como referencia el voto de un madrileño y de un ciudadano de Teruel. El voto de Teruel vale más de tres veces que el de un madrileño. De este modo un escaño por Madrid necesita 125559 votos, mientras uno por Teruel sólo 37517. Se rompe el principio de “un hombre, un voto”, esencial para la democracia.

Teniendo en cuenta que las provincias menos pobladas suelen aproximarse al político conservador entendemos que los conservadores parten con una ventaja indiscutible.

Llegamos al segundo punto. La polémica conversión de escaños. La Ley Hondnt dictamina el proceso de dicha medida. Destacando que no se tienen en cuenta aquellas candidaturas que no obtengan, al menos, el 3 %de los votos válidos emitidos en la circunscripción. Posteriormente se ordenan de mayor a menor, en una columna, las cifras de votos obtenidos por las restantes candidaturas. En el siguiente paso se divide el número de votos obtenidos por cada candidatura por 1, 2, 3, etc. hasta un número igual al de escaños correspondientes a la circunscripción. Los escaños se atribuyen a las candidaturas que obtengan los cocientes mayores en el cuadro.

Las voces que están en contra del sistema remarcan que no es un sistema plenamente representativo, ya que no cumple el lema democrático "un ciudadano un voto", el voto de algunos ciudadanos, vale más que el de otros, según su circunscripción y no quedan representados partidos políticos que tienen un gran número de votos en el conjunto de España. Del mismo modo favorece el bipartidismo, ya que la tercera fuerza política a nivel nacional sale bastante perjudicada a la hora del reparto de escaños.

La fuerza política afectada por excelencia es IU. Teniendo en cuenta estas últimas elecciones los de Llamazares han conseguido sólo dos diputados aunque cosecharon casi 1.000.000 de votos. En contra el PNV con 300.000 votos consiguieron siete diputados. A causa de la diversificación geográfica de los votantes de IU, 700.000 votos no tienen ningún tipo de representación

Todo ello ha provocado que IU cuente con la transformación del sistema como baza electoral y de este modo se ha instaurado como uno de los pilares de su agenda política. Incluso el partido político lanza una campaña de recogida de firmas para el cambio de la Ley Electoral.

Entre las soluciones más populares se destaca la idea de considerar todo el territorio como una única circunscripción y así poder retomar la idea de un voto un hombre/mujer. Paralelamente se pide desde varios sectores aumentar el corte de 3% para así sumar color político a la democracia española.

El rotativo El País ha preguntado a sus lectores, mediante una encuesta, si creen que el sistema de repartos de escaños es justo. Un 90% de los encuestados han votado que NO. Actualmente el debate está en la calle, muchos blocs dedicados al tema expresan su opinión, su posible solución.

Quizá ha llegado el momento de actualizar nuestra querida democracia.

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